Después de rendirme: serenidad absoluta
Soy uno más de la multitud. Nada extraordinario. Hasta que viví un punto de inflexión en mi trayectoria vital porque toqué fondo. Por eso estoy aquí. Porque fue lo más maravilloso que he vivido jamás. Así lo explico en mi libro.
Cuando llegó el momento en el que, literalmente me rendí, al haber tocado fondo, renuncié a mi ego y comenzaron a sucederse una serie de vivencias extraordinarias en mi vida. Me vino el despertar, así de sencillo. Entré en una experiencia energética elevada durante varios meses, sentía internamente que vivía en una dimensión diferente que no era la vida que hasta ahora había sentido, ésta era de verdad y auténtica, vivía en un estado de fusión con el todo, percibía un estado de serenidad y bienestar infinitos.
Solamente fui, era, eso era todo, existía, nada más, solo experimentaba el hecho de existir. Había entrado en una suerte de calma vigilante, expectante y serena a su vez en un equilibrio inédito. Yo notaba que mi ser completo habitaba en otro estado de conciencia, perfecto diría yo, estaba impregnado de una dicha o felicidad gigantesca, no habitaba dentro de mi ningún tipo de condicionante, o expectativa, o miedo. No había tiempo ni espacio.
Desde mi rendición, no hubo apegos ni a la vida ni a la muerte. Después de esta experiencia, dejaron de tener efecto tal y como se conoce en el mundo psicológico el ocio, las amistades, lo que antes tenía en mente. Fue un renacimiento de mi ser en nuestra propia naturaleza.
Pretendía que encajaran todos estos acontecimientos en mi nuevo yo y mi nueva vida para que tuvieran sentido. Hasta antes del despertar yo creía que había realizado eventos en línea con mi autodescubrimiento, pero la verdad es que me doy cuenta que verdaderamente lo que fui descubriendo de mí se dio desde el momento en que me rendí y despertó mi conciencia. Con total valentía. Empezó un hilo conductor en mi vida que no había buscado, venía a mí, sin más.
Todo ello arrojó luz sobre las razones del porqué había vivido lo que había vivido, con las decisiones que tomé a lo largo de mi trayectoria, todo encajaba en un orden natural y perfecto. Lo que a su vez me lleva a tener otros despertares de conciencia desde entonces, en el que me doy cuenta, se introducen nuevas informaciones en mi ser, que condicionan en favor de sentir mayor claridad en cada despertar. Hay una armonía, un orden, por ejemplo, cada vez que practico meditación, se da una comunión con todo, con la vibración de la vida y el amor, una suerte de sincronía exacta donde habito. Es sencillamente maravilloso.
Y tú, ¿Conoces el despertar?
Gracias por ser y estar presente aquí.
