
Una de las consecuencias de vivir el despertar es descubrir la auténtica dualidad en la que vive esta sociedad. Vivimos en los extremos. Esta forma de vivir actual, diseñada bajo los parámetros de la limitación mental y los miedos que subyacen, no hace más que llevarnos de un lado al otro. Es difícil hallar el término medio entre tanto vaivén. Se llama locura.
Sabes quién eres cuando despiertas, porque en caso contrario duermes, la vida te zarandea, de una experiencia a otra, sin dirimir si quiera, qué es lo que tú quieres y menos quién eres. Si te lo planteas, entonces ya estás abriendo la posibilidad a despertar, por lo menos a dejar de estar dormido para pasar a tu ser consciente.
Resulta que nuestro maravilloso mundo en el que habitamos, nos regimos por lo que nuestra mente nos dice, estamos absorbidos por el mundo mental. Vivimos en una prisión cuyo verdugo es el parloteo mental que no para nunca y bajo el que estamos subyugados. Quien ha despertado sabe y es consciente de esa prisión. Vive en un mundo donde reina la mentira, esa red neuronal por defecto o piloto automático mental.
Hay un hecho irrefutable, y es que la mente, la nuestra y la de cada habitante del planeta, tiene una mente que no está preparada para tanta verdad. Quien ha despertado sabe que vive la verdad en un mundo de mentira. El que vive en la mentira cree que el está loco. Cuando en realidad el que está loco es el que vive en la mentira, porque lo ignora, su mente no se permite el lujo si quiera de averiguarlo, este loco cierto vive en la mentira sometido a la tiranía de la mente, del ego, del ser inconsciente, de las acciones que realiza el personaje. Solo quien está despierto vive en la consciencia. Y ha de hacerlo habitando en un mundo inconsciente y que está ciego a la verdad. Porque a la mente no le interesa ni le sirve de nada esa verdad, al contrario, es la enemiga número uno. La mente necesita vivir sometida a esa mentira para seguir perpetuándose. La mente no soporta la muerte, su muerte, el fin, porque cree que desaparece, y hará todo lo posible para que eso no ocurra, aunque vaya en contra de las propias leyes de la naturaleza y de la vida misma. La muerte libera la verdad y la parte consciente. Porque la verdad acepta la muerte como parte del ciclo vital.
El buscador existencial, el místico, el ser consciente sabe esto. Vivir la verdad en un mundo de mentira. El hogar y la fortaleza reside en su propia espiritualidad ya que está alejada de esa dicotomía mentira-verdad, es real y goza de soberanía universal. A la mente, al mundo inconsciente no le interesa la espiritualidad, va en contra del sentido de su existencia porque lo aleja, por tanto, siempre negará la espiritualidad que es la verdad.
Mucha gente cree que ser espiritual es vivir alejado de la sociedad, o que implica prácticas ancestrales de aislamiento y ayuno. Esto está muy alejado de la realidad. El ego quiere que el concepto esté alejado de lo real porque le interesa, así no interfiere en la existencia del ego y puede manipular a voluntad. El ego quiere que generación tras generación se aleje el personaje de la idea de espiritualidad.
Creo que sinceramente, el despertar personal es imparable, por eso puse este eslogan de inicio en mi página personal (www.robertodelsanto.com)
Y tú, con tu honestidad en las manos, ¿tu mundo mental te absorbe?
Gracias por ser y estar presente aquí y ahora, juntos.
