
Nadie nos explicó que el mundo no está hecho ni como creemos que es ni como nos gustaría que fuera. Te falta una cantidad ingente de información que no tienes. Lo que piensas crea tu realidad, pero es subjetiva, es cierta para ti pero no verdadera. Esas creencias y pensamientos sobre como crees que funciona la vida son erróneos. Y con arreglo a eso vivirás tu vida por dentro. Tu interior vibrará en consonancia a cómo de coherente es lo que sientes y piensas junto con tu nivel de conciencia. Y si somos inconscientes, pues difícilmente habrá consonancia.
La actitud que tienes hacia ti determina el grado de libertad que vas a vivir cada minuto del día de cada día del año. Y de los siguientes también hasta cumplimentar tu vida. Cuanta más resistencia y negación a esta realidad sana y universal defiendas dentro de ti, mayor sufrimiento vivirás. A mayor aceptación de esa realidad vivirás mayor libertad y alegría interna. Asumir lo que es. En esa tesitura el ego pierde toda su fuerza, ese personaje se desploma haciendo florecer el yo auténtico del que estás hecho, sin disfraces. Y lo más alegre de todo es que sucede el milagro de la libertad real, aquella en la que estás de forma consciente observándote desde tu Presencia y disfrutándote en tu máxima expresión. Ahí es nada señoras y caballeros. Estar en esa libertad es realmente maravilloso, sublime, incomparable. Ausencia de dependencia en todo su rango. Liberación de necesidades. Fuera losas y lastres. Al aceptar lo que es, aceptas la positividad y lo neutral, lo bueno y óptimo y lo colocas en tu consecución de ahoras eternos. Te encuentras alejado de lo negativo. Sin tiempos psicológicos porgue vives en lo atemporal. Sé que conoces esa sensación de ser libre. Fantástico. Para unas personas es sentir a Dios. Para otras es el amor. Da igual porque es felicidad subjetiva inetiquetable desde la mente porque eso solo puede ser experiencia personal intransferible.
Estás ausente de limitaciones. Te sitúas en el campo donde puede ocurrir lo imposible, pervives en el terreno de lo infinito gozando de esa majestuosidad de la vida, del cosmos, del universo o de Dios. Puedo asegurarte que no puede existir más felicidad. Estás en la conciencia unificada de la vida misma. Es real y verdadero. Eres y estás a la vez. Te descubres en ausencia de demencia colectiva y del sufrimiento humano. Estás en la realidad del ahora donde el ego no puede estar. Vives consciente de tu propia grandeza desde la alegría de ser.
Y tú, ¿Conoces tus resistencias anti-liberación?
Muchas gracias por estar. Un abrazo gigante 🙂