Eres un prodigio

Sí, tú, que me lees ahora. De nuevo: eres un prodigio. Sin la menor duda. Eres una obra de arte, no perfecta, pero casi. Porque si has aguantado otro año sin llegar a la locura es que eres un fenómeno de la naturaleza. Y me da que sí. Algo hay de eso. Ahora toca darse el tiempo para asombrarte.