
Hace ya casi 20 años, en 2004, se publicó un estudio en Nature en el que decía sobre el corazón y el cerebro que cuando se sincronizan es cuando se siente. El sentimiento viene dado por la conexión total del cerebro y el corazón. Hay máximo sentimiento cuando hay total sincronización.
Nosotros percibimos cuando el cerebro responde al corazón. De hecho, esto lo corrobora la neurociencia, nosotros percibimos distinto según el cerebro responde al corazón. Es el corazón el que le “dicta” al cerebro cómo percibir. Se lo “dice” a una velocidad de 200 milisegundos siendo emitido por un impulso mediante un impacto de información. Así que en términos emocionales, es el corazón el que ejerce de jefe orgánico. Nuestra percepción está condicionada por lo que estamos sintiendo en los momentos previos en los que el cerebro actúa y nos guía.
En el plano interpersonal, primero se sincronizan los cerebros de las personas cuando estamos con amigos o con la pareja. No se puede no sincronizar. Es como la comunicación exterior entre las personas, no se puede no comunicar. La sincronización cerebral se da de manera automática. Es el cortejo previo de información que se dará posteriormente entre los corazones.
La conexión cerebral máxima que se ha estudiado es la que existe entre una madre y sus hijos. Es por ello por lo que nos miramos a los ojos, porque para le cerebro los ojos es mirar al corazón del que tengo enfrente. Así que fíjate un poco cuando dialogues con personas que para ti son representativas, porque si no te miran a los ojos, por algo será. De igual forma que si no lo haces tú, por supuesto. Es una valiosa información.
Hasta cuando vamos en el metro o un autobús, se da una comunicación entre los corazones, hay información. Se da una interdependencia entre los corazones . Inconscientemente nos comunicamos. Las pantallas no ayudan.
Ahora se sabe, que el sentido de identidad que tenemos de nosotros mismos está en la ínsula. Está relacionado con el concepto de quienes somos. Es una pequeña región de la corteza cerebral. La ínsula es la parte del cerebro que más información recibe del corazón. Ahora también se sabe que cuando empezamos a meditar, la comunicación entre el corazón y el cerebro disminuye enormemente, se aquieta ese flujo informativo. La meditación en la amabilidad y desde la compasión es la experiencia más transformadora para el cuerpo.
Y tú, ¿conoces bien tus percepciones internas?
Gracias por estar ahí, de corazón 😊
