
Hay personas que son incapaces de ser honestas. Cuidado. No es difícil toparse con personas cínicas, cobardes o manipuladoras. En las relaciones personales, son capaces de jugar a dos bandos, dos caras o tratar a quienes rodean con el doble rasero, causando daño sin el menor atisbo de responsabilidad. Cada vez abunda más, por desgracia.
Con qué nobleza gestionas tus respuestas. Qué cantidad de dignidad aportas en tu comunicación. Cuánto de honradez hay en tus informaciones. Qué tipo de pureza tienen tus acciones propias. Es clave la relación que tienes contigo, en la misma medida que tienes claros estos preceptos, los tendrás hacia los otros, sin duda. Recuerdo una frase de un curso de milagros: “nada real puede ser amenazado”. Si sentimos amenaza, es porque así es como te comunicas contigo. Con qué nobleza, dignidad u honradez te tratas, así será la respuesta que retorna a ti.
Si de alguna manera sientes infelicidad en alguna de sus múltiples expresiones y causas, es porque en definitiva, es la consecuencia del trato hacia el que te diriges a ti. Porque nada está fuera. Es dentro de nosotros donde se cuecen los sentimientos básicos. Hoy día observo que hasta el miedo a sentir emociones está cada vez más presente.
Sin embargo, si la comunicación que tienes contigo es honesta, honrada y noble, estarás abonado/a al campo de la satisfacción, la trascendencia personal, el aprendizaje y la obtención de sabiduría. Y eso es lo que es vivir en un estado real, consciente, de rendición a esta verdad, y con ello, a despertar a tu única conciencia, que es la de todo el mundo.
¿Te comunicas con honestidad, nobleza y honradez hacia ti y contigo? Ahí donde no lo hagas, estarás viviendo el sueño y letargo existencial al que este sistema nos tiene sometidos. ¿Estáis despiertos?
De nuevo, gracias por estar ahí, por los ánimos que me dais. Gracias.
