LA INCERTIDUMBRE DEL CAMBIO

En unos días paso en mi vida a estar en una posición personal, económica y social maravillosa. Según la ONU, podría decirse que hasta voy a ser rico según sus parámetros, aunque tenga hipoteca 25 años más y esté sin trabajar. Voy a ser financieramente y para el resto de mis días totalmente libre

En unos días paso en mi vida a estar en una posición personal, económica y social maravillosa. Según la ONU, podría decirse que hasta voy a ser rico según sus parámetros, aunque tenga hipoteca 25 años más y esté sin trabajar. Voy a ser financieramente y para el resto de mis días totalmente libre. Porque no necesitaré trabajar más. Hambre no pasaré. Ni tendré un yate que ni necesito. Tengo más de lo que a priori necesito para vivir. Sobre todo, salud. Y unas ganas inmensas de dar muchas conferencias sobre el despertar.

Es más fácil sufrir una situación, para el común de los mortales, que salir de un espacio que ya conoces, sobre todo tu mente (o sea, tu ego). Cuesta más atreverse, y con el paso de los años, esa pendiente se hace más cuesta arriba. Tengo claro que esta vida es la que tengo, que la mitad del jamón me lo comí hace tiempo, y veamos a ver el resto cómo estará. Sé que aparecerá el miedo.

Las personas estamos mejor cómodas, esa comodidad mental con la que te sientes reconfortado cuando piensas que eso lo controlas, porque es lo que conoces. Por ello, cuando hay que abandonar esa seguridad, entra el pánico, inconsciente, sí, pero miedos. Se traducen en temor, en resistencias, en enfados y en lo que haga falta con tal de no abandonar ese estado que tu fuero interno ya conoce. Para empezar porque no nos conocemos mucho.

El miedo a salir de esa zona de confort se suma el miedo a la incertidumbre, a lo desconocido. Nuestra mente es muy reacia a adquirir nuevos patrones. Porque asumir otros modelos de pensamiento y su consecuente acción implica esfuerzo, trabajo, reflexión, humidad, aprendizaje, profundidad….

Y yo en mi línea: lo mejor que puedes hacer es, cada día, meditar. Por muchas razones. La primera y más importante: estar contigo, escucharte, sentirte, ser.

Y tú, ¿Te atreves a cambiar? Dímelo en comentarios.

Gracias mil por seguir estando ahí. ¿Quieres que siga?

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