Un descubrimiento relativamente reciente es que el órgano intestino tiene sus propias neuronas, las cuales transmiten información al cerebro. ¿Te suena la expresión “se me encoge el estómago?”, pues parece que en el intestino está el truco. Esa información es transmitida mediante un impulso eléctrico de 0,05 impulsos por segundo. Bastante más lento que el ritmo del cerebro. Éste se comunica, en un estado ideal llamado de ondas alfa, entre 8 y 10 ciclos por segundo. En el cerebro se da el hecho de que cuando se están llenando las neuronas de ciclos de esas ondas Alfa en las diferentes regiones, provocan la inhibición de las ondas cerebrales Beta, que son ciclos mucho más altos que se dan cuando estamos bien activos y despiertos en plena actividad cerebral, de unos 35 ciclos/segundo. Imagínate cuando sufres estrés sin ser consciente cuando la actividad cerebral es mucho mayor y duradera con el paso de las horas.
Para estar en umbrales propios de una serenidad interna, primero tendrás que estar en lo que se conoce como silencio mental. No puede alguien sentirse bien internamente sin un estado mental relajado. Meditar te lleva a ese estado, algo corroborado ampliamente por la ciencia, cuyo resultado te lleva a generar ondas alfa porque has entrado en un estado alfa. Lo fascinante es que cuando consigues generar ese estado en tu fuero interno, ya no se dan inhibiciones de ningún tipo con las ondas beta, porque tu cerebro se ha completado de ondas alfa, lo que se conoce como la completa atención. Yo lo llamo conciencia en estado puro. Y por experiencia puedo decirte que sentir eso te lleva a un estado sublime contigo que se me hace muy difícil explicar desde el intelecto. Conseguir ese estado de inmensa serenidad mental y sensorial es el sentido. Es haber encontrado el estado de consciencia en su expresión correcta. Y eso es lo que pretendo conseguir con el Proyecto Despierta.
Cuando el cuerpo trabaja en un ritmo alfa, lo que sucede es que los ritmos fisiológicos se empiezan a sincronizar. Así, esas ondas alfa del cerebro funcionan al unísono simultáneamente junto a los órganos intestino y corazón. Aquí se está en plena concentración. No hay lucha, ni esfuerzo, ni crítica ni juicio. Hay plasticidad cerebral y eso te lleva a la felicidad subjetiva y al bienestar.
Se sabe que la influencia que tiene el intestino es mayor sobre el cerebro que la del cerebro sobre el intestino. El 90 % de bacterias del organismo está en el intestino. El 95 % de la serotonina (hormona de la felicidad) se produce en el intestino. Curioso, ¿no?
Y tú, ¿Disfrutas de tu serenidad mental? ¿Conoces por experiencia los beneficios de la meditación?
Un abrazo enorme…de corazón 🙂
