“Tempus fugit, memento mori”

Nos queda menos tiempo de estar aquí. Porque algún día se nos va a acabar esto de ir celebrando años nuevos. Más allá de lo que te apetezca o no escuchar, en el plano físico se intuyen carencias, si es que no las vamos acusando más o menos el común de los mortales. Y si lo vemos desde una línea temporal en la historia evolutiva, pues siento deciros que nos queda un estornudo.

Nos queda menos tiempo de estar aquí. Porque algún día se nos va a acabar esto de ir celebrando años nuevos. Más allá de lo que te apetezca o no escuchar, en el plano físico se intuyen carencias, si es que no las vamos acusando más o menos el común de los mortales. Y si lo vemos desde una línea temporal en la historia evolutiva, pues siento deciros que nos queda un estornudo.

Hace 2033 años, (s.I a.c.) el poeta Horacio ya escribió en sus odas la locución latina “Tempus fugit, memento mori” (el tiempo vuela, recordemos que vamos a morir), al igual que el célebre “Carpe diem” (aprovecha el tiempo). ¿Por qué te digo un estornudo? Porque vamos a morir. Es una realidad ineludible, lo siento, así está programado antes si quiera de que nos concibieran. Así que no sé lo que harás tú respecto a esto. Observo que lo habitual es esconder la cabeza y mirar al otro lado. Culturalmente se le da la espalda. Enterramos para no ver. Es cultural. De nuestra sociedad, es una asignatura bastante pendiente. Cuantas veces vi que el asunto de la muerte era un tema tabú. Y creo que tiene muchas lectura positivas, a pesar de todo. Centrarse. Focalizar. Actuar. Sin juicios.

Al hilo de anteriores post, otro año cronológico da comienzo, al acabarse los días festivos navideños da pistoletazo el estrés, las cosas tareas pendientes que están a medias, los proyectos en marcha, etc. Lo cual viene a recordarnos que algo de vital importancia para nuestra supervivencia mental es que, si no lo hemos hecho ya, tendremos que aprender a priorizar lo que existencialmente está primero, más allá de aspectos profesionales o de las mil responsabilidades que asumimos o que el camino nos pone encima de la mesa sin haberlo pedido. Por tu alma.

Estar en paz consigo mismo. Ante la fugacidad del tiempo, cabe más bien preguntarnos de qué manera puedes aprovechar, que aún tengo salud, los capítulos de la novela (de ficción y no ficción) que es tu vida. Quitarnos pajas mentales. Ir al meollo, de lo que en mi corta vida ya, importa. Qué hacer o decir, actuar en este estornudo existencial. Para estar en paz, para dar alegría, para acompañar, para consolar, para disfrutar y ser feliz. Y a darla. Ojalá lo tengas claro. Porque ese transitar es en exclusiva tuyo. Aprovéchalo porque es el valor que más en alza tienes. Lo material solo es un escaparate. Por tu alma. Y llegar al último día sin arrepentirse de nada con la sensación de haber hecho los deberes vitales.

Mi intención es provocar respuestas. Siento si no te ha gustado este artículo. La finalidad es hacer plantearnos aspectos que me parecen importantes, que nunca nos hablaron de ello y menos nos enseñaron.

Y tú, ¿Te has planteado tu prioridad existencial? Ojalá que sí. Por ti.

Me alegra la vida que, a pesar de todo, llegues hasta aquí. Me ayudas con el proyecto despierta.

Gracias por ser y estar presente aquí en este ratito.

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