
Ya se sabe que nuestro cerebro no distingue la realidad de lo que es imaginado. Tu cerebro no sabe cual es la diferencia. No distingue entre lo que lee en el entorno y lo que recuerda porque se activan las mismas redes neuronales. Partiendo de esta incuestionada premisa, te afirmo que manejamos conceptos, creencias, preceptos que son erróneos. La historia lo ha demostrado y así sigue.
Cada persona, o sea, tú, eres un misterio. Tu realidad, tu concepto sobre ella, es en exclusiva tuya. La de los otros es diferente porque es otra, pertenece a ellos, a cada cual. Eres un misterio porque no sé en concreto cual es tu realidad. Lo que pasa dentro de ti es lo que condiciona y crea la realidad que tu cerebro cocina y que ocurre fuera de ti, y no es al revés, como muchas personas creen que es. No es lo que pasa en el exterior lo que crea tu concepto de realidad. Es la forma en la que experimentas esos hechos externos lo que crea la realidad, es decir, la tuya. Eres un mundo y un interrogante. Para el resto del mundo eres un enigma. Muy pocas personas tienen el privilegio de conocer bien tus realidades personales.
Las posibilidades son infinitas, a tenor de estas premisas. Porque el poder del pensamiento es evidente al tener la soberanía de crear tu realidad. ¿Qué es la realidad? Es un concepto subjetivo, único, imperial. Tu cerebro recibe unos 400 mil millones de bits por segundo de información. Pero solo somos conscientes de 2 mil, doscientas veces menos de información del exterior es lo que puedes ser consciente, la punta de un iceberg enorme. El resto es inconsciencia sobre lo que en realidad ocurre. Recibes esos 400 mil millones pero creas esa realidad tuya con una infinitésima fracción de esa información. Y nos creemos en posesión de la verdad, ¿Te suena? ¿Te resulta familiar?.
El cerebro fija lo que es capaz de ver. Hay mucha más información inconsciente pululando en tu ámbito mental que lo que de forma consciente manejas en realidad. Y como va nuestro mundo con este exceso de información, no parece que vaya a remitir. Una gran diferencia.
Y tú, ¿Cuál es tu realidad personal? ¿Ya la dominas?
Gracias por ser y estar presente aquí y ahora, juntos, por la fuerza que me das.