El Instituto de investigación de la felicidad de Copenhague dice que la felicidad puede medirse. Lo llevan haciendo 10 años. Numerosos países e instituciones viajan a Dinamarca para estudiar su modelo social por los grandes índices de bienestar que presenta su población.
Esto, trasladado a ti, a mí, a nosotros, ¿Cómo puede ayudarnos? El verdadero estado de bienestar personal únicamente lo conoce cada persona, o por lo menos, así debería de ser. Únicamente tu eres el que mejor puede conocerse. Porque, como ya he defendido en otros artículos del blog, si no nos conocemos, es imposible alcanzar niveles óptimos de real bienestar interior, y menos, de alegría y felicidad.
Conocer nuestras claves de felicidad se antoja importante para nosotros, pues es lo que me llevará a disfrutar de mi vida. Y eso nadie puede hacerlo en nuestro lugar. Hay que empezar relativizando esto de la felicidad. Se trata de equilibrar los extremos, los opuestos, estabilizar esto de la luz y la oscuridad, y mucho humor a ser posible. Ya que nos toca estar aquí, mejor cuanto más nos riamos, ¿verdad?
Salir de mi círculo personal, de mi área de influencia, para evitar entrar en egoísmos disfrazados de buenrollismo. Ver las cosas con perspectiva. Salir de la autocomplacencia y exigencias que implica esa búsqueda interior. Ser objetivo y ecuánime es lo que nos toca, si queremos evitar sorprendernos en una espiral neurótica “feliz” y darnos cuenta de que me he pasado de frenada y descubro que ha sido peor el síntoma que la enfermedad.
Y ahora, ¿Sabrías decirte cuáles son tus claves de felicidad?, ¿Las tienes claras? O funcionas, como una gran parte de la población, bajo el yugo de las circunstancias que se te van presentando en el camino y tu vida se basa en cómo vives las reacciones sin conocer qué hay verdaderamente detrás de tus sentimientos y motivaciones.
Estoy muy agradecido de que tú me leas, es una de mis claves felices, y esa alegría y fuerza las transmito a través del proyecto despierta.
Gracias por tu especial existencia y por estar aquí presente acompañándome.
